lunes, 29 de agosto de 2011

Drogadicción y los niños de la calle

La toxicología de las adicciones adquiere una dimensión especial al involucrarse a las drogas en el maltrato al menor en la categoría de abuso químico.
Existen dos grupos de mayor riesgo, y lo constituyen los adolescentes que parecen ser el objetivo primario de los traficantes de drogas, y los niños de la calle, productos de la urbanización, la pobreza y la falta de opciones. Además de los daños de la salud, el consumo de drogas esta asociado directamente con conductas antisociales y producción de accidentes. Esto se da por factores predisponentes como lo son las familias disfuncionales, el tabaquismo, el alcoholismo y la influencia de los amigos y los familiares usuarios de drogas…
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que la mayor parte de los niños de calle que hay en todo el mundo consume alcohol y drogas para contrarrestar su estrés, dolor y sufrimiento.
Por lo tanto es necesario mencionar que en una investigación hecha por la UNICEF se encontró que un 13% de niños trabajadores aceptaron que consumen algún tipo de droga, aunque con frecuencia irregular.
Entre tanto también se esta registrando que un importante consumo de cigarrillos mezclados con un derivado de cocaína, conocido como "basuco", y es especialmente toxico porque contiene queroseno, ácido sulfúrico y otros productos químicos utilizados para extraer la cocaína de la hoja de coca. El "basuco" causa una sensación de euforia más fuerte que la inhalación del pegamento y crea más adicción que éste.
Cuando el deseo de evasión es muy grande como el que tienen los niños de la calle, no hay que complicarse la viada en busca de drogas caras y refinadas. Pegamentos y derivados cumplen su meta: les quita el hambre, los despiertan, generan euforia y alucinaciones ocasionales.

El consumo de este tipo de drogas tienen serias consecuencias para la niñez. La inhalación de cola industrial produce sensación de ligereza, alucinaciones ocasionales, pérdida de apetito y náuseas. A largo plazo puede afectar a los pulmones, produce daños irreversibles en el cerebro y en los riñones, un deterioro en la salud en general.